CRÓNICAS DE UN PUEBLO SAN JUAN DE LA RAMBLA JOSÉ Mª PÉREZ MONTES
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fallan, es decir, que la gente busca otros mecanismos legales para defender sus aspiraciones al
margen de unos conductos oficiales viciados y parciales.
Pues bien, en este contexto se presenta el pasado Viernes Santo una nutrida comitiva
de la Corporación Municipal frente al templo en espera de que saliera la procesión. Es fácil
entender como los fieles de dentro y fuera de la iglesia llegaron espontáneamente al acuerdo
de no moverse hasta que no se marcharan aquellas autoridades distantes, hostiles y
prepotentes. Pasaron largos minutos en una atmósfera tensa y, por fin, se fueron entre
aplausos. El día 17 de abril el primer edil publicó un artículo de prensa en el que se
presentaba como un profundo creyente católico terriblemente humillado y dolido al habérsele
impedido acompañar la procesión en ocasión tan señalada, igualmente se dolía de ―que
utilizaron un acto religioso para hacer un montaje político‖. No fue un montaje, que fue una
reacción espontánea y además, desde el momento en que una Corporación Municipal presidía
un acto religioso, eso se convierte automáticamente en un acto político. Luego afirma que
―hay un grupo que sólo quiere hacer daño‖, sin embargo las pancartas demuestran otra cosa
muy distinta. Antes de concluir se olvida de que es un pobre creyente dolido y humillado, y
dice lo que mejor sabe decir‖… si denunciaré a aquellos que nos insultaron con palabras
dolorosas, es más, ya se lo hemos comunicado a la subdelegación del Gobierno para que
tomen las medidas necesarias‖. Lo dicho, ¡todo un espectáculo!
Ruperto Barrios Domínguez.
El Día, martes 29 de mayo de 2001
(057) A D. MANUEL REYES, ALCALDE DE SAN JUAN DE LA RAMBLA
Sr. alcalde: quisiera precisarle algunas cuestiones que plantea en su respuesta a mi
escrito publicado en este diario.
En mi artículo no hago alusión, ni una sola vez, a mis títulos académicos. Creo que D.
Manuel Reyes fue mal asesorado cuando le escriben «título académico» en lugar de profesión.
¿Por qué le ha molestado tanto que se haya señalado mi profesión? Lo digo porque en su
respuesta hace alusión a ello, nada menos que 13 veces, si es que no he contado mal. Yo soy
Máximo Padrón, profesor, igual que usted es Manuel Reyes, alcalde y cerrajero. Y con todo el
respeto, tanto para la profesión de profesor como para la de cerrajero. Porque con las dos se
sirve a la comunidad.
Dice Vd. que «1911 vecinos, con su firma y D.N.I. solicitaron...» Sr. alcalde: a) las
demandas de los servicios administrativos ya estaban cubiertas con las oficinas ubicadas en la
parte alta del municipio, sin tener, para este fin, que cambiar la sede; y, b) usted y todos
sabemos cómo fueron recogidas esas firmas. Dos ejemplos: 1) una señora señala que tenía
que firmar «porque si no, le quitaban la «paga» (no contributiva, en la que intervienen los
servicios sociales del Ayuntamiento); 2) en La Laguna, en un piso de estudiantes, pasan el
pliego de firmas, y una ciudadana de Icod de los Vinos estampa la suya. Como ve, Sr. alcalde,
las cosas se pueden entender de distinta manera.