CRÓNICAS DE UN PUEBLO SAN JUAN DE LA RAMBLA JOSÉ Mª PÉREZ MONTES
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La penúltima fue su fallida pretensión de autonombrarse miembro de Honor de la Real
Sociedad Económica de Amigos del País. La última la colocación de la primera piedra de la
nueva iglesia de san José. Pase, aunque no se justifica, la retiñe del consistorio, al no dar ni un
duro para el brindis posterior, y obligar a los vecinos a proporcionar a escote las viandas del
convite, lo que se justifica para una merendola improvisada, pero no para un acto que el
alcalde aprovecha para sacarse la foto al lado del señor obispo.
Pase porque no se invite a las personas que protocolariamente tendrían que haberse
invitado. Pero empieza a pasarse el personaje cuando, aprovechando su intervención, pone al
señor obispo en un aprieto, y al señor párroco en evidencia, al acusar a éste último de no
permitir el uso de la imagen de San José en la romería recién inventada, y a poner entre la
espada y la pared al primero solicitándole autorización para una nueva genialidad suya: hacer
una nueva romería, ahora en honor a San Antonio. No es la primera vez que el personaje
aprovecha la visita de una autoridad para arrimar el ascua a su sardina electoral o de
aprovechamiento propio, acusando a unos y chantajeando a otros. Pero hasta ahora sólo había
usado esta estratagema con los políticos y había respetado a las autoridades e instituciones
religiosas. Pero ya se le vio el plumero el Viernes Santo último, cuando forzó una situación
violenta en el casco del pueblo. Y ahora, de nuevo, y usando la figura del obispo, vuelve a
provocar un incidente protocolario, que no fue a más dado el talante y educación del
interlocutor. Como sanjuanero, es mi obligación, en nombre de mis paisanos, pedirle perdón
al señor obispo, por la salida de tono del primer edil. Y recordarle al alcalde que uno no invita
a alguien a su casa para después darle un sablazo, o ponerlo en una situación comprometida.
Que eso está muy feo, que es una incorrección, una malcriadez y una falta de respeto. Y
decirle que muchos habitantes del pueblo estamos siguiendo su gestión en el tema de la
iglesia. Que la iglesia de San José es la más importante de la zona de medianía, y que no está
bien invitar a la desunión a los habitantes de La Vera o de Las Rosas, porque tengan una
capilla, pero en su línea política de alentar a la desunión, eso es lo que puede esperar.
Que tampoco está bien presionar a la comisión para que deje de hacer las labores de
recaudación hasta que la postura de la iglesia sobre la romería cambie, y presionar a la
población en contra del señor cura, porque eso es prevaricación y chantaje. Y teniendo en
cuenta todo esto, el señor obispo me perdonará si lo parafraseo y le digo –como él al alcalde:
―no ha lugar, alcalde, no ha lugar‖.
MIGUEL BELTRÁN PALENZUELA
(SAN JUAN DE LA RAMBLA)
Diario de Avisos, 26 de noviembre de 2001
(076) SAN JUAN DE LA RAMBLA: FIRMAS Y CAMBIO DE SEDE
Manuel Oramas Mesa
Vicepresidente de la A.V. Rambla
DIARIODE AVISOS
Uno de los argumentos más utilizados por la AIS para justificar el traslado del
ayuntamiento al barrio de San José ha sido la existencia de un pliego de firmas de habitantes
del municipio pidiendo dicho traslado.