CRÓNICAS DE UN PUEBLO SAN JUAN DE LA RAMBLA JOSÉ Mª PÉREZ MONTES
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en la prensa entiendo que no está por demás que aporte algunas consideraciones al respecto.
Así que sin más preámbulos ni explicaciones paso a abordar el artículo que, bajo el título "El
casco histórico de San Juan de Rambla duele", publica E. Domínguez en este mismo
periódico, denunciando el abandono que presenta la zona de la parroquia de San Juan Bautista
y sus aledaños, culpando de ello a los responsables políticos municipales.
No voy a profundizar demasiado en las razones y detalles que esgrime y utiliza el
señor Domínguez contra la AIS-CC, a la que culpa de todos los males que sufre la zona del
litoral, incluyendo el hecho de que las antiguas casonas de particulares que ocupan el recinto
histórico estén abandonadas, destartaladas y a punto de venirse al suelo. Tampoco quiero
detenerme en el lirismo trasnochado, caduco y ridículo que utiliza para hablarnos de las
grandes hazañas e hitos históricos acaecidos en esa zona. Aunque sobre este particular me va
a perdonar mi ignorancia. Le confieso que desconozco esos grandes acontecimientos. Por eso,
le rogaría que aportara más detalles sobre los mismos y, de paso, el área de Cultura de este
Ayuntamiento tendría la oportunidad de ampliar lo publicado hasta ahora por don José
Antonio Oramas Luis en su libro "Cinco siglos en la historia de San Juan de la Rambla".
Me va a permitir detenerme en una frase de su escrito, y que a mi juicio no tiene
desperdicio. Me explico: cuando usted anima a los vecinos de la zona del litoral a que no
decaigan en sus protestas contra el cambio de capitalidad, asegura que eso no va a suceder
mientras por "sus venas corra sangre pura y valiente". Comprenderá que la frasecita tiene
miga, especialmente lo de "pura" y "valiente". Pensándolo bien -perdone si me equivoco-, me
recuerda a esas frases que aparecen en los libros de historia que relatan algunos de los
episodios vividos durante el nazismo.
Por otro lado, le confieso que soy el menos indicado para darle lecciones a la hora de
escribir, pero así y todo considero que lo más prudente sería que antes de hacerlo recabara
información para no errar como lo hace, por lo menos en el caso que nos ocupa. En ese
sentido, sin ningún tipo de animadversión, me ofrezco a informarle de las razones por las que
el proyecto de la plaza de San Juan Bautista se encuentra paralizado. Después, casi seguro,
conocerá datos que ahora desconoce y que, seguro, enriquecerán sus conocimientos sobre este
asunto. Esto no tiene por qué llevarle a cambiar de opinión sobre el problema que existe entre
un grupo de vecinos de la parte baja y los responsables políticos municipales por el traslado
del ayuntamiento, cuestión que usted califica de "pueblerina", opinión que comparto al cien
por cien. Porque el problema se centra en un hecho concreto, y es que una parte de los
ciudadanos creen que con el traslado de la Casa Consistorial a San José se daña la historia
local, cuando la realidad es que ésta no es patrimonio de unos pocos, sino de todos los
rambleros. Ésa es mi opinión particular, la lógica y natural.
Sobre la plaza de San Juan Bautista decirle que comparto con usted la visión que tiene
de la misma. Es de abandono. Pero si se hubiera molestado en informarse de las causas que
han llevado a esta zona a presentar tal aspecto, seguro que sus críticas y sus descalificaciones
contra los políticos municipales no hubieran sido tan demoledoras y, además, se hubiera
evitado tanto lirismo trasnochado para justificar lo injustificable. Le informo. Los trabajos que
se venían ejecutando en la plaza no son competencia del Ayuntamiento y, mucho menos, del
grupo de gobierno municipal al que usted convierte en blanco de sus críticas. El proyecto,