A todos los vecinos de San Juan de la Rambla y a las personas de
otros municipios que esta noche nos honran aquí con su presencia. Muy
buenas noches.
Pasado el susto que me dieron Sonia, Teresa y Laly ,
miembros de la comisión de Fiestas cuando me propusieron hacer el
pregón de las mismas, quisiera manifestar mi agradecimiento por el
honor que me hacen y tengan por seguro que aunque no tengo facilidad
de palabra, por lo que les pido a todos disculpen mi torpeza oratoria en
estas líneas he puesto todo mi corazón
Quiero hacer hincapié más en mi niñez y juventud, que de
mayor, pues pienso que recuerdos de cosas concretas ayudan a entender
etapas de la vida. Los veranos, para mí , San Juan era la libertad, el mar,
los baños en las Aguas, en el Charco de la Laja, en Los Roques, en los
charcos de la Rambla excursiones al Charco del Viento, a la playa del
Terrero, al monte Frio. Venir aqui a la plaza a jugar al brillé, ir a la plaza
vieja a jugar al anillito y a cantar con las guitarras…
Encontrarnos al despertarnos el día del nombre del santo de cada uno
con la silla enramada
Los ensayos con Conchita Diaz Llanos para preparar las veladas, y luego
salir en las beatas de la Fuensantica.
Ver a mi abuela sentada en la galería con una montaña de calcetines para
zurcir y después empaquetar para todos los nietos
El cine Aurora los domingos por la tarde, donde por tres pesetas nos daba
para la entrada y un galletón ó un rosquete grande. O también
comprábamos soda “un polvo anaranjado que poníamos en la palma de
la mano y mojábamos con la lengua.
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